Tuesday, January 25, 2005

Por aquí pasó...

Alberto Arvelo Torrealba


Por aquí pasó compadre,
hacia aquellos montes lejos.
Por aquí, vestido de humo,
mi general que iba ardiendo,
fue un silbo de tierra libre
entre su manta y sus sueños.

Por aquí pasó compadre,
hacia aquellos montes lejos.
Miren el rastro en la paja,
míreselo compañero,
como las claras garúas
en el terrenal reseco,
como en las mesas el pozo,
como en el caño el lucero,
como la garza en el junco,
como en la tarde los vuelos,
como la nieve en el pico,
como en la noche el incendio,
como el cocuyo en el aire,
como la luna en el médano.

Por aquí pasó compadre,
Hacia aquellos montes lejos
Allá va su estampa sola
Grave, pero en fin aguileño
Arzón de cuero tostado
Tordillo de bravo pecho.
De bandera va su capa,
Su caballo de puntero
Artista labrando pueblos,
Hombre retoñando patrias
Picando glorias, ¡tropero!

Por aquí pasó, compadre,
Hacia aquellos montes lejos.
¡Óiganle!
Óiganle la voz tendida,
Sobre el resol de estos médanos

La voz que gritó más hondo,
¡Óigansela compañeros!
Como el son de las guaruras
cuando pasan los arrieros,
como la brisa en la palma,
como el águila en el ceibo,
como el trueno en las lejuras,
como el cuatro en el alero,
como la pena en mi canta,
como el gallo en el silencio,
como el tiro en el asalto,
como el toro en el rodeo,
como el relincho en el aire,
como el casco en el silencio,
como el grito del centauro en las Queseras del Medio,
como la Patria en el himno,
como el clarín en el viento,
¡Por aquí pasó Bolívar compadre,
hacia aquellos montes lejos!

¡Mírenlo como regresa,
a llenarnos de amor en este inmenso desierto!

Por aquí pasó
Alberto Arvelo Torrealba
Versión original

Por aquí pasó, compadre,
hacia aquellos montes lejos.
Por aquí vestida de humo
la brisa que cruzó ardiendo
fue silbo de tierra libre
entre su manta y sus sueños.

Mírele el rastro en la paja,
míreselo, compañero,
como las claras garúas
en el terronal reseco,
como en las mesas el pozo,
como en el caño el lucero,
como la garza en el junco,
como la tarde en los vuelos,
como el verde en el quemado,
como en el banco el incendio,
como el rejón en la carga,
como la gaza en el rejo,
como el cocuyo en el aire,
como la luna en el médano,
como el potro en el Escudo
y el tricolor en el cielo.

Por aquí pasó, compadre,
hacia aquellos montes lejos.
Aquí va su estampa sola;
grave perfil aguileño,
arzón de cuero tostado,
tordillo de bravo pecho
De bandera va su capa,
su caballo de puntero,
baquiano, volando rumbos,
artista, labrando pueblos,
hombre, retoñando patrias,
picando glorias, tropero.

Oígale la voz perdida;
sobre el resol de los médanos,
la voz del grito más hondo
oígasela, compañero,
como el son de las guaruras
cuando pasan los arrieros,
como la brisa en la palma,
como el águila en el ceibo,
como el trueno en las lejuras,
como el cuatro en el alero,
como el eco en las tonadas,
como el compás en el remo,
como el tiro en el asalto,
como el toro en el rodeo,
como el relincho en el alba,
como el casco en el estero,
como la pena en la canta,
como el gallo en el silencio,
como el grito del Catire
en las Queseras del Medio,
como la Patria en el Himno,
como el clarín en el Viento.

Por aquí pasó, compadre,
dolido, gallardo, eterno.
El sol de la tarde estira
su perfil sobre el desierto.

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